Fundada en 1834 en la ciudad holandesa de Maastricht, fue una cristalería antes de empezar a producir cerámica y porcelana. La esfinge se convirtió en su insignia en 1879, y en 1960 se añadió el “Royal” a su nombre por decisión real. La casa fue adquirida por una compañía finlandesa en 2010, y sus piezas (las clásicas que se inspiraban en la porcelana francesa y británica y las más modernas que rozaban lo kitsch) son hoy objeto de coleccionista.